viernes, 7 de marzo de 2014

Isabella. El significado.

Un padre y su hija se encontraban paseando por un bonito bosque, muy cerquita de la ermita de la sagrada Piedad. Estaba a unos treinta kilómetros de la gran ciudad. Los pinos eran grandes y hermosos, sus troncos habían tenido muchas primaveras, el verano pasado hubo un pequeño incendio y todo el pueblo temió que se perdiera el pinar. Muchas familias comían tortillas y freían carne al calor de la leña. El sitio era una maravilla de la naturaleza.
El padre estaba extasiado y molesto por la tortuosa inconsciencia de la adolescente. Era un sitio familiar para ellos, habían pasado allí muchos días de verano, era su refugio neutral. Pero aquel día el suelo estaba lleno de minas y él intentaba esquivarlas. El progenitor recordó que algún día fue así, un joven inconsciente.
La vida le había moldeado como un junco, el viento le había perfilado frágil pero resistente. El camino había sido largo antes de que naciera, ya era prácticamente un sueño lo que había sucedido tanto tiempo atrás, la ruina se había cernido sobre él, lo que habían sido tiempos de bonanza se habían convertido en muchos más de tortura. Sintió el miedo de la muerte en su nuca demasiadas veces, fue desposeído de su humanidad, le costó numerosos años volver a ser normal, recordaba esa época como oscura y muy dolorosa.
Sufrió esa soledad que se siente cuando nadie puede ayudarte. Los duelos son siempre duros y tardan en pasar incluso años, no fueron pocos los días perdidos pensando en aquellas situaciones rocambolescas, pasado el tiempo todavía sentía punzadas en el corazón por los errores cometidos.
Un día de repente lo olvidó todo, vio su cuerpo que apenas sobrepasaba su mano, segundos después tuvo la posibilidad de ponerla acurrucada en su pecho, sabía que la circunstancia por la que había luchado o creído no valía nada. De repente todo tenía sentido, en ese paritorio donde ella respiraba el primer aire de sus pulmones y luchaba con ahínco por conseguir su sustento, era maravilloso observar su instinto animal. Nunca había pensado en la muerte pues se creía inmortal, nunca pensó que si él faltaba ella cometería errores que nunca podría perdonarse, porque nadie estaría allí para hacerle pensar.
No había dado muestras de su cambio, de la sorprendente transformación que había sufrido su alma, esa sensación de morir por otro nunca había entrado en su vocabulario. Esa adolescente que le gritaba acaloradamente se parecía tanto a él, era intuitiva, inteligente y arrogante.
Mientras paseaban recordó un viejo haiku que había leído cuando aún era joven,  había sido compuesto por un filósofo japonés cuando oía los cánticos de la muerte.
Ya no volveré
a ver las mariposas
revolotear en primavera.
Siempre había sentido una sensibilidad especial por las palabras, sobre todo por las letras sencillas y bellas. Muchas veces después de su nacimiento pensó en esos versos, comprendió cada palabra, sintió su sufrimiento. Esa nostalgia de no poder compartir más momentos. De llegar a su final.
Noto las agujas penetrando su piel, había tardado más de un año en componerlo, mientras su hija permanecía callada, repasaba todas las letras que se había tatuado, los significados, todos sus sentimientos en unas pocas palabras, sus pensamientos positivos en cada silaba.
¿La luciérnaga
ilumina el camino?
Siempre Isabella.
Al principio no le pareció nada del otro mundo, pero las palabras escritas en esa tarde de otoño se fueron reposando como el buen vino. Estuvo dándole vueltas durante muchos meses en su cabeza, con su métrica sencilla el haiku era muy bello, se quedó en el cajón esperando que las palabras tuvieran sentido. No conocía su significado, no conocía el porque, pero sabía que eso tenía sentido y una fuerza muy importante para él, se puso a investigar y sin querer se dio de bruces con una bonita realidad. Esa frase le había venido a él por algo, algo muy especial, llegando a lo espiritual, seguro que había sido tocado de refilón por las musas de otros genios.
El significado intrínseco de la palabra luciérnaga es el de un animal luminoso, la investigación le llevó a preguntar el significado omnipresente de la palabra luciérnaga y su madre le relato una fábula oriental que su abuelo le contaba, esa era la conexión que cerraba el círculo.
''Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.
La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: ¿Puedo hacerte tres preguntas?
No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente.
Entonces dime:
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
¡No!, contestó la serpiente.
¿Yo te hice algún mal?
¡No!, volvió a responder su cazadora.
Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la serpiente.'''
La pregunta era obligada, sin saberlo quiso ser el guía de su vida, ser él ejemplo que iluminará sus pasos. El camino estaba lleno de piedras y el firme era irregular pero la rúa estaba iluminada. Tuvo que llegar a ese momento en el que la vio nacer, para que brillará su auténtico guía.