domingo, 22 de noviembre de 2015

Lindeza



El olor de su perfume embargo la habitación, los matices florales se distinguían, el aroma tostado de madera tropical era la mezcla exuberante de su piel con el elixir. Sus labios rosados, suculentamente perfilados te pedían con ruidoso silencio ser besados. Su pelo, de color castaño estaba lleno de tirabuzones que recorrían delicadamente la suave piel de su espalda. Tenía la sonrisa más bonita que había visto, inexperto en encontrar la belleza en las cosas más simples, me sorprendí viajando  extasiado, casi rozaba la enajenación mental. Esa sonrisa que irradiaba felicidad me contagió irremediablemente, mis labios se movieron sin justificación particular al contrario de la gravedad. Sus ojos mezclados por la paleta multicolor del colorido otoño, penetraban como puñales en los míos, envolviéndo mi corazón con el frío que acompañaba a esa estación. Todo fue en menos de un segundo, lo que dura una respiración, un pestañeó, un revoloteo de una majestuosa mariposa, el frugal instante donde desaparece el sol en un atardecer glorioso. Cupido absurdo me regaló sin saberlo el regalo más profundo de mi corazón, y empujó con locura pasión las melodías de los pajaritos que revolotean mi estómago. Descubrí el bello sonido de Caetano, me enfrenté con absoluta admiración a una nueva gastronomía. Soñé con una vida al lado del mar, con el sonido suave de los cocoteros, tocar tus manos sin tiempo, dormir en tu pecho, acompasar nuestros corazones y tener tu respiración siempre al lado de la mía. Pero la vida me sonrió con más de lo que había soñado. La vida me dio a mi flor. La flor con los colores más vivos, con el mejor olor y con una maravillosa belleza.




Hoy escuché sin querer esta dulce y bella melodía, el día de tu cumpleaños. 




Lindeza

Coisa linda é mais que uma idéia louca
Ver-te ao alcance da boca
Eu nem posso acreditar
Coisa linda minha humanidade cresce
Quando o mundo te oferece
e enfim te das tens lugar
promessa e felicidade, festa da vontade
nítido farol, sinal novo sob o sol, vida mais real
Coisa linda, lua lua lua lua
Sol palavra danca nua, pluma tela petala
Coisa linda, desejar-te desde sempre
ter-te agora um dia e sempre, uma alegria pra sempre

Vídeo de la canción 


sábado, 5 de septiembre de 2015

Días de paz.

El día estaba nublado, en mi sofá veía como las nubes corrían de un lado para otro, hipnotizado por sus movimientos y sus maravillosas figuras. Un buen disco sonaba en el tocadiscos, el gran Charly Parker con su saxo alto soltaba poemas con música, intermitentemente ponía algún pianista negro que hacía llamear el piano con el blues de new Orleans. Los libros estaban apilados como rocas haciendo magistralmente equilibrios. Mi pez, Dorado, zigzagueaba de aquí para allá en su diminuto acuario, su color azul aumentaba por el efecto lupa, dependiendo de donde lo observará era incluso más bello. El ventanal era grande, dejaba ver los colores oscuros de un bello día.


Se escuchaba a lo lejos, una increíble historia de dragones y mazmorras. Interpretada por unos dibujos en un libro. El sonido de la aspiradora sonaba a lo lejos como un zumbido, no molestaba, era relajante. Nada de aquello podía alterar mi estado de bienestar. La cerveza con un tono tostado resbalaba delicadamente por mi garganta, su sabor amargo había tardado años en ser descubierto cómo agradable. Era lo más parecido a la perfeccion. Nada parecía descuadrarme, en esos veinte metros cuadrados se encontraba todo lo que yo deseaba. 

domingo, 16 de agosto de 2015

Sensaciones







La llave temblaba en la puerta, con un simple toque de muñeca entramos. La habitación estaba en penumbra, no se distinguía la luz de la calle. La abrumadora verdad me hizo sentir aterrado. Las paredes estaban desgastadas por el tiempo, todo era conocido y extrañó, con la más absoluta desesperacion grite, pero nadie me escuchaba, era silencioso a la par de angustioso. Nunca había sentido la mezcla ahogada de nostalgia y tristeza. 

Paseaba por las habitaciones, resbalaban sensaciones y sollozos por las múltiples e incontestables preguntas sin respuesta que surcaban en el puerto de mi memoria. En los cajones se había detenido el tiempo, estaba quieto, como si la vida no hubiera cambiado. Las palomas salían del patio, espiándo los movimientos de ese lugar abandonado. La única presencia de vida eran las viejas y quemadas fotos de momentos frugales que se sentían de otro tiempo. El tabaco de liar se difuminaba con un porron de vino ''clarete'', los descoloridos lugares de la casa, se entremezclaban con recuerdos enmascarados de amor.

Unos huevos con salchichas y patatas redondas, ensalada rendida o gazpacho sin batir podrían ser la cena de ayer o la de hace diez años. El pasado se juntaba con el presente, quería salir, me dejaban sin respiración, las paredes me oprimían, simplemente me apesadumbraba. En un rincón estaba un espejo redondo pequeño y deteriorado, reflejaba una cara que no conocía, pude discernir con elocuencia que mi alma estaba rota por el dolor y reflejaba distorsionado mi sufrimiento. Los plomos en el alféizar de la ventana recordaban la primera caña de pescar, las meriendas al lado de un salto de agua. Los cangrejos pululando por las cangrejeras, el olor impertérrito de las bogas en la red. Los colores verdosos del río, quedaron en el mar de mis recuerdos como la salada sensación que quedaba al pasear por la marisma.

La despedida fue agridulce, la vida sin preguntarme puso las cosas en su sitio. La balanza invisible que mueve los hilos cambio sin avisar el equilibrio de mi universo, me acercó sin saberlo a un estado de conciencia y me descubrió un mundo de sensaciones.


En memoria de mi tío:

SENSACIONES.

martes, 21 de julio de 2015

El camino.





Respiraba entrecortado. Corría y miraba para atrás. El sudor corría por sus mejillas. La onda expansiva lo dejo semi inconsciente en la cuneta de la carretera. Cuando se despertó no veía por el ojo derecho, la sangre se había convertido en una máscara gruesa. Las manos pulposas intentaban quitar la espesa masa. Le zumbaban los oídos, resultaba mareante. Se levantó con las pocas fuerzas que tenía, parecía un zombi. Miro a su alrededor, por suerte le dieron por muerto. A la derecha había un tractor verde, estaba totalmente agujereado, su parte de atrás estaba desintegrada. El único sentido que tenía intacto era el olfato. La materia orgánica en descomposición era insoportable, sentía con vigor el viento que rozaba los cereales. El trigo debía estar cortado por aquella época, su sombrío amarillo resaltaba su sequedad. El viento caluroso movía la paja haciendo movimientos alocados. Los brillos deslumbraban sus ventanas arenosas. Parecía imposible que hubiera algo bello entre tanto terror. 

Si no encontraba ayuda, su vida llegaría a su fin en pocos días. Sin querer, sus ojos se dieron de bruces con el retrovisor. 
-¿Quién era ese?—se dijo a sí mismo entre susurros. 
Se tocó el rostro, garabateo con sus dedos las líneas desafiantes de la mandíbula. Sus ojos estaba marcados por las arrugas y por las pronunciadas ojeras, con la saliva rozó los restos de sangre, limpió los hilos de fluido que salían por los oídos. El pelo de su barba estaba quemada por el lado derecho. Para él, era incluso divertido notar las clavículas huesudas con los dedos. 

Su respiración se alteraba, revivía, soñaba en vida. Nadie podía entenderle, el dolor se acumulaba, las tripas se retorcían por el sufrimiento, activando necesidades que le dejaban rozando la inhumanidad, sintiéndose espiritualmente desarmado.

Nada podía hacer, el odio dominaba todo, el mundo está difuminado por una venda que cubría una ceguera patológicamente emocional.


Escrito por cualquiera que se enfrento a una batalla.




"El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor."  BUDA