jueves, 2 de agosto de 2012

De la existencia de dios

Una soleada tarde de invierno mi nieta me vino a visitar, me estaba tomando un café americano con azúcar, mi niña se tomaba un zumo de naranja. 
La conversación fue derivando por los Cerros de Ubeda, del cotilleo habitual a la historia de España. Llegamos a un punto caliente, el calor se empezaba a notar en sus mejillas, la voz se le notaba exaltada. Y entonces llego una pregunta que me dejo sin palabras:

- Bu, ¿tu crees en dios? - Las palabras no corrían a mi garganta, era complejo decir algo, sus padre era muy religioso, y atisbaba problemas.

Pero después de pensarlo, de darles vueltas, de intentar salir de la situación airoso, me puse el mundo por montera y me dispuse a exponerle mi pensamiento.

- Mira es un tema difícil, hay gente que dice que si y otra dice que no.

- Pero, ¿tu que opinas?

- Te voy a poner un ejemplo; Imagínate que unos hombres de la edad de piedra tuviera la oportunidad de viajar
a la edad actual. ¿como se sentiría?, ¿nos atacaría?, o ¿nos adoraría como a dioses?

Ella me miro con cara confundida, sin entender muy bien donde quería llegar, le deje unos minutos para que se diera cuenta. Su cara cambio de la consternación a la euforia.

- Lo que quieres decir Bu es que si ellos vinieran aquí pensarían que somos dioses por que su mundo es tan distinto que tendrían miedo de lo que ven.  Dios va cambiando con cada civilización, ahora para nosotros dios tiene ese carácter empírico, no encontramos respuesta en la ciencia, en nuestro momento el Bing Bang es todopoderoso. En nuestra era es cada vez mas difícil retratar a un dios.  Es extenuante pensar que dios pueda ser a nuestra imagen y semejanza. Un dios como tal tiene que ser el creador, ese al que nos encomendamos para que nos ayude.

Mi mirada parecía sombría, como dándome cuenta que todo en lo que había creído en toda la vida no tenia sentido. En este momento cuando no me acordaba porque dios no estaba en mi vida recordé ardientemente ese momento donde el mismo me abandono.

- Bueno mi niña, dios es todo y no es nada, es el comienzo y es el fin, es ese enigma que queremos comprender pero no podemos, es la vida y la muerte. Es el amor que siento por ti es la sorpresa de que hay una incógnita y no sabemos cual es.

Ella se quedo pensativa, no dijo nada, se apago el murmullo que tenia en los labios y simplemente me sonrío. La di un beso, se fue lentamente en su scooter de 50cc pero me dejo ese vendaval en mi corazón.

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