lunes, 18 de noviembre de 2013

De Madrid al cielo 2.


Me estuve entreteniendo contando a la gente, cuando conté dos mil personas decidí levantarme. Subí una pequeña cuesta por la cual pase un arco y la vi, mi pelo se erizo, me quede ojiplatico, no la recordaba tan hermosa, seria la luz, o pudiera ser que el prisma que tenia en mi mente había cambiado, me pare en cada arco, toque cada piedra, cada reborde y cada segundo me daba punzadas de alegría cada vez que rozaba su superficie, vi sus balcones que tenían vida, la sensación fue un renacimiento. Los tonos oscuros de las nubes cargadas de agua me sacaron de mi estupidez, note que amenazaba tormenta y decidí seguir moviéndome, me había gustado la idea de pasar sin prisa, sin ninguna acritud, solo donde me llevaran las piernas. La calle por la que pase estaba llena de gente vendiendo sellos y monedas, me pare en cada una de ellas, había juntado alguna colección de monedas y me dispuse a preguntar por la venta de la misma, me sorprendido que valieran tanto, decidí traerlas en los días posteriores. El hambre apretaba y en la calle arenal, donde estaba la mítica joy me encontré de bruces con un McDonald, a parte del hambre las gotas ya caían sin delicadeza, me metí a tomar un café solo con hielo y una hamburguesa para no dejar solo al café. La engullí como si no hubiera comido en mi vida, la reflexión era fácil de pensar por eso estaba gordo.

Después de disfrutar la comida me levante, me dolía la rodilla parecía que me había enfriado no estaba engrasada, hice movimientos circulares esos que hacíamos en el colegio, el pie del viajero mejoro, volví a andar, ya me encontré sin quererlo en gran vía al lado de edificio telefónica, había pasado la calle carretas con sus prostitutas donde lucían medias, cuerpos, ellas jugaban con los dedos y los chicles haciendo un ruido característico entre molesto y atrayente, que en mi caso me hacían huir mas que atraer.

Sin querer tararee "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid" en este par de horas había sentido mas Madrid que en los últimos años, no me hubiera imaginado que un paseo sin pretensiones se iba a convertir en un apasionante viaje a mis recuerdos. Callao, plaza España se hacían pequeñas para mi caminar, el parque estaba bonito, don Quijote y Sancho Panza presidían el primer rascacielos de Madrid, donde en algún momento de la historia hubo ametralladoras en sus ventanas. El templó deboj no se encontraba muy lejos, pero tenia que dar media vuelta sobre mis pasos, y ya se hacia largo el regreso, no quería volver por mis pasos como dijo el poeta "donde has sido feliz es mejor no volver", allí cuando contaba con treinta kilos menos di frugales besos, llenos de amor y dulzura.





Quise volver por mis pasos pero el destino me llevo por la cuesta de leganitos, me descolgué por preciados hasta el congreso de los diputados para ver a sus leones custodiar lo que debería ser el sitio donde guardan los principios democráticos, baje por sus calle y el museo Thyssen quedo a derecha, mi corazón se fue deshinchando las sensaciones tan bonitas se iban juntando con los problemas matutinos, amor, hijos, dinero, trabajo, en definitiva la misma vida.

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